Nombre: Juan Martín Colin Alvarez
Seudónimo: Hombre oxidado
Edad: 21 años
Género: Masculino
Nacionalidad: Mexicana
Institución de Educación Superior
ISES
Cuéntanos tu versión de la cuarentena, ¿cómo la sobrevives?
Pasó cuarentena encerrado en ladrillos grises y opacos que se llevan los colores de mi vida, la televisión no la enciendo por temor a escuchar mentiras y verdad, vivo encerrado…
Mis dedos recorren el lomo viejo de varios libros que tengo acumulados, ahí busco la esperanza de poder continuar viviendo día a día sabiendo que todo está mal, quiero escapar de mi hogar y lo único que consigo es estancar mi mirada en la tinta impregnada del papel que me lleva a recorrer el mundo sin levantarme de la silla.
Mi alma necesita de un abrazo y de un gesto gélido que provoque un vendaval de sonrisas, en las noches me abraza la soledad y justo al despertar la tristeza se apodera de mí, tengo vestigios de pobreza y no es fácil sobrevivir en un mundo donde el dinero mueve tu imagen y te brinda un lugar.
Estoy encerrado pero no me es extraño porque los pobres lo hemos vivido siempre así, regreso mi pregunta sobre Dios pero tampoco él me da una solución, pasó más tiempo con mi familia pero es una mentira que esta pandemia nos trajo union, hablo más con mis dos mascotas que con mis padres que deberían de darme su refugio, hablo más con el papel mientras intentó llorar palabras que me hagan sentirme protegido por mí mismo y no sentirme desecho por la torpeza incalculable de la humanidad.
Sigo encerrado queriendo salir y poder volver a pisar las calles y mirar a las personas y comprender que puedo existir, qué valor tienen mis palabras si soy un hombre oxidado que considera que somos átomos intentando convertirnos en materia para jamás volver a ser olvidados, sigo respirando en este país que te vende la idea de sobrevivir pero jamás aprender a vivir.
¿Cómo podrían las universidades crear redes de solidaridad y apoyo para sus comunidades y sus sociedades, a partir de esta experiencia y nueva manera de entender las relaciones?
La pandemia nos permite abrir los ojos y a través de esto las universidades deberían fomentar el ejercicio de la reflexión, olvidarse por un momento de ese individualismo en el que estamos inmersos y nos ha destruido durante bastante tiempo, es momento de hacer notar que no somos un producto que se mueve en masa para hacer subsistir a la sociedad, es momento de comprender que somos materia viva, es momento de pensar y analizar hacia dónde queremos dirigir a la humanidad, olvidar la moda y la estética que nos someten a convertirnos en animales bípedos, pero no pensantes, las universidades deben regresar a utilizar el concepto de humanidad que se ha ido perdiendo durante los últimos años, somos frágiles y queremos regresar a nuestra vida anterior sin comprender que llamamos vida a lo que hemos perdido.