Seudónimo: Licania
Edad: 46
Género: Femenino
Nacionalidad: Costarricense
Institución de Educación Superior
Universidad Estatal a Distancia
Cuéntanos tu versión de la cuarentena, ¿cómo la sobrevives?
La «nueva realidad» conlleva realizar teletrabajo, parte de la rutina familiar se enfoca en cumplir con rigor las obligaciones laborales y apoyar a nuestro hijo en las clases virtuales. Ambas actividades dan estructura a la familia, misma que debe compartir espacio físico, dispositivos electrónicos y ancho de banda. Los adultos debemos hacer que el trabajo funcione a pesar de las constantes interrupciones generadas por los juegos y aventuras de un niño de 8 años y de dos perros que buscan constante atención al no poder salir de casa como antes. Los espacios de ocio se disfrutan con juegos, adivinanzas, competencias, algo de ejercicio y lectura. Esta familia logró asimilar bien el aislamiento, nuestro hijo tiene plena capacidad para comprender las razones del porqué no va a la escuela o no juega con sus amigos como antes, lo añora, lo llora y se calma, con la esperanza de que pase pronto. Lo más difícil para mi familia es la distancia de nuestros padres, quienes están mayores, enfermos y no logran comprender bien la magnitud de lo que pasa en el mundo por el COVID-19; además, que sufro de dolor crónico y el estrés aumenta la sensación dolorosa.
¿Cómo podrían las universidades crear redes de solidaridad y apoyo para sus comunidades y sus sociedades, a partir de esta experiencia y nueva manera de entender las relaciones?
Las Universidades deben cambiar su estructura curricular, promoviendo que el proceso de enseñanza-aprendizaje sea más autónomo para el estudiante, esto le permitiría sentirse en mayor libertad de aprender y de pensar, de acuerdo con la forma de aprendizaje que resulte atractiva, sencilla y reconfortante. Existe infinidad de recursos abiertos de calidad que pueden ser empleados en situaciones como esta, que perfectamente pueden emular un aprendizaje guiado, pero más orientado al constructivista. Al momento en que el estudiante se sienta más cómodo con su aprendizaje, podrá pensar en la forma de llevar bienestar a sus semejantes, convirtiéndose en «tutor» de su materia favorita a través de redes sociales, youtube, whatApp, etc; para ayudar a que otros estudiantes progresen en temas que les resultan difíciles en ausencia de una clase formal. Otra forma de mostrar solidaridad, es crear grupos comunitarios en las diferentes sedes o campus, organizando campañas denominadas «qué necesitas», donde identifiquen quiénes son sus vecinos, en qué realidad viven, cómo es su calidad de vida y cómo puedo ayudar. En las adversidades siempre encontramos las fortalezas y las universidades son la semilla de experiencias maravillosas que pueden hacer que nuestra sociedad no sólo sea solidaria, sino también resiliente.