Nombre
María José Peralta Gamboa
Edad
26
Género
Femenino
Nacionalidad
Costarricense
Institución de Educación Superior
Universidad Estatal a Distancia
Cuéntanos tu versión de la cuarentena, ¿cómo la sobrevives?
Uno de mis historias favoritas es El Principito. Él con cada viaje nos va enseñando el significado de la vida; en donde, muchas veces nos encerramos y buscamos aquello que nos ha impuesto la sociedad, olvidando por completo ese niño que llevamos adentro y más que niño, el disfrutar desde el mínimo detalle hasta el respirar con consciencia, agradecer, admirar las estrellas y la vida en sí. Mi frase favorita es: «Lo esencial es invisible a los ojos».
Esto porque tendemos a preocuparnos más de la cuenta, porque olvidamos por completo ver lo esencial hacia nuestro interior, dar esa pausa y preguntarnos ¿qué quiero? ¿qué me hace feliz? ¿cuál es mi papel en este momento y en la tierra?
Esta cuarentena, no mentiré, he tenido etapas, como cualquier ser humano. Al inicio fue muy frustrante porque no he perdido mi trabajo pero estoy con licencia no remunerada, entonces de pasar de ir a trabajar todos los días y en lo que cabe decir una vida organizada, a ya no tener que ir a trabajar fue un cambio completo para mi vida y cuando la vida realiza un cambio, tenemos momentos de dudas, de desestabilización. Al final, a las semanas, creo que dos, todos los días me acostaba pensando ¿porqué está pasando todo esto? yo creo que en Dios entonces pensaba ¿Dios qué quieres de nosotros? buscada la razón de los sucedido. Empecé a hacer yoga con Krama Yoga, que gracias a Mila, una de mis mejores amigas me pasó el link, dieron por un mes o un poco más, clases gratuitas todos los días, y así me empecé a hacer una agenda de actividades en casa. El yoga, la Semana Santa y el tiempo me ayudaron a entender que la razón estará ahí y toda mi energía en vez de buscar la razón la transfiero a buscar la solución o ver de que forma aprovecho al máximo este tiempo que la vida nos está dando, bueno su razón tendrá, pero ahora ¿qué hago? ¿cómo soluciono?. Al inicio desesperada me puse a buscar trabajos y nada me gustaba, claro soy de turismo, mi sector es el más afectado y por ahora no encontraré en turismo.
En vez de estar buscando trabajo dije a mi misma, estudiaré, me prepararé para lo que venga a futuro, así que continue mis estudios de la universidad, estoy leyendo «El líder que no tenía cargo», me he inscrito en el curso de la Organización Mundial de Turismo, estoy concursando para el Student’s League de la OMT, el yoga ya cobran y ahora no puedo pagar clases entonces hago menos, pero trato de hacer otros ejercicios en casa, me reúno por Zoom, por Skype, por HouseParty con amigos y familia, he celebrado cumpleaños por Zoom. Estoy viendo Anne with and E por Netflix me encanta esa historia, y también he visto otro sin fin de documentales, películas y series por Netflix y netflixparty.
Me he inscrito a los cursos gratuitos de coursera. También estoy aprendiendo francés, me inscribí a una escuela que da un mes gratis y veo películas en francés aunque entienda el 10% jaja.
En fin, hay mucho por hacer, el tiempo es oro. También he pensando, he creado un proyecto personal, he mejorado la relación personal y familiar. Es un tiempo de análisis y de replantearnos todo, absolutamente todo. ¿Cómo nos tratamos a nosotros mismos?, ¿cómo interactuamos con nuestra familia, amigos, con el vecino?. ¿Respetamos a la naturaleza y la cuidamos? Espiritualmente como está mi alma y para los qué no creen en nada, no les digo que tengan que creer pero me entra la curiosidad ¿cómo buscan el propósito de la vida? ¿o para qué viven?. Este es un tiempo para replantearse, lo llamo el tiempo de renacer. Sé que las historias son diferentes para todos, unos están pasando una cuarentena tranquila en casa, otros no tienen idea de cómo traer alimento a su hogar, son miles de historias las que están sucediendo actualmente, estamos ante un hecho histórico y que marcará un antes y un después.
Lo único que sé, en mi análisis o tiempos de reflexión, es que yo, usted y la sociedad debemos cambiar hacia una mejor sociedad. Esto que esta pasando que no sea en vano, qué seamos más nobles, más humanos, qué dejemos de lado el consumismo. El closet que tengo lleno ni si quiera he podido utilizar el 5% de la ropa que está ahí, utilizo la más cómoda para estar en casa. La ropa linda no me va a salvar de esto, me salvará mi educación y mis hábitos de salud.
La naturaleza, ella se está dando un gran respiro y debemos entender que estamos aquí gracias a ella también, no logro entender cómo la avaricia siega a los hombres y destruyen el recurso que les permite vivir, osea, se destruyen así mismos. Qué este tiempo reflexionemos, y entendamos que no somos superiores a la naturaleza sino parte del ciclo natural del Planeta Tierra, por ende, debemos amar, respetar y proteger nuestros recursos naturales.
Por último, respetarnos unos a otros, no importa la clase, el color, la religión, el tamaño, todos, debemos respetarnos. El mundo tiene una gran faltante que es el amor, ser más comprensibles y no enojarnos por pequeñas cosas que no tienen solución, todos habitamos en está tierra y debemos aprender a comunicarnos, debemos aprender a trabajar juntos en esta tierra por el bienestar de todos.
Mi cuarentena la sobrevivo gracias a la reflexión. Tú puedes, yo puedo, saldremos de esto juntos.
¿Cómo podrían las universidades crear redes de solidaridad y apoyo para sus comunidades y sus sociedades, a partir de esta experiencia y nueva manera de entender las relaciones?
Considero que una forma para que las universidades ayuden a sus comunidades y sociedades, es cómo dicen: «limpiando la casa primero». Es decir, que cada universidad por medio de sus estudiantes se empiecen a hacer cargo de sus comunidades por medio de charlas o capacitaciones por internet.
Ver las necesidades específicas de cada comunidad, claro todas tienen sus necesidades y ahora sí de qué forma por medio de la red de solidaridad las universidades empiezan a ayudarse mutuamente.
Qué abran espacios de solución, para que aquellos estudiantes o docentes quieran participar se unan, y entre todos desarrollen grandes ideas. En Costa Rica por ejemplo ya está sucediendo que la UCR, el TEC y otras universidad están trabajando y aportando al sistema de salud, por medio de sus investigaciones y también por medio del desarrollo de nuevos aparatos para los pacientes del COVID-19.
Estamos ante una pendiente nueva y debemos bajarla con confianza, nuevas técnicas y enfocados a las curvas que se presenten.