Renacer

Edad: 52
Género: Femenino
Nacionalidad: Ecuatoriana
Institución de Educación Superior:
Universidad Central del Ecuador

Cuéntanos tu versión de la cuarentena, ¿cómo la sobrevives?
Hola cuarentena llegaste a mi vida y a la de mi familia, no sola, sino acompañada de otra noticia, un diagnóstico de cáncer de mama. Los resultados de los exámenes médicos, uno a uno van confirmando la noticia y nos alertan de su gravedad, los datos estadísticos de la pandemia suenan entre el llanto solidario de mis hijos y esposo.
Las medidas de seguridad, restricciones y el respeto a los horarios de movilidad afectan para poder contar con las atenciones médicas y exámenes especializados. Se recorre la ciudad y se solicita información hasta encontrar los recursos necesarios y me pregunto ¿cuántos más estarán en la misma situación?, ¿cuántos ya se rindieron?, ¿cuántos no podrán cubrir estos gastos?.
Días después, luego de un tortuoso peregrinar, gestionar y suplicar, ingreso al Área de Oncología del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, donde en épocas anteriores se encontraba abarrotada de pacientes, hoy se encuentra casi vacía. Me pregunto, ¿cuántos pacientes de provincia no pueden viajar y por tanto no podrán continuar sus tratamientos?. Siento que el estar cerca me ha permitido llegar y acceder al tratamiento, todo como un privilegio, pero no es justo, la salud no puede ser un privilegio y menos en enfermedades catastróficas.
El teletrabajo, más los exámenes y las quimioterapias han llenado mi tiempo, lo más importante: mi familia junta, cuidándonos, mimándonos, protegiéndonos; pero ahí no paran las amenazas. Mientras las estadísticas de muertos y enfermos suben, y las medidas de seguridad se hacen más débiles, mayor es el número de personas desvinculadas de sus trabajos, las denuncias de corrupción no paran. Hoy atacan a las universidades; les quitan el presupuesto y se toman medidas de sobre explotación docente, bajando el nivel de educación y planteando el cierre de carreras y el despido masivo de docentes y empleados. ¡Todo parece una pesadilla que no termina! Da miedo cuando llega una comunicación de una instancia gubernamental, es más fuerte la crisis social y económica que la enfermedad, ¿qué va a pasar con nosotros?, ¿seguiré con mi empleo? y ¿podré seguir teniendo acceso al seguro para mi atención médica? Con todo esto recuerdo las recomendaciones médicas de tranquilidad y cero estrés, me aferro a lo más sagrado y bueno que me dio la vida: mi pareja, mis hijos, mi familia, sus afectos y cuidados. Con ellos y por ellos a no perder la fuerza ni la esperanza.

¿Cómo podrían las universidades crear redes de solidaridad y apoyo para sus comunidades y sus sociedades, a partir de esta experiencia y nueva manera de entender las relaciones?
Acción y participación, educar con el ejemplo, defender los derechos, de estudiantes, docentes y trabajadores, formar profesionales comprometidos con el enfoque de derechos, con el enfoque de género, defender nuestras identidades culturales y que el compromiso de exención universitaria siga vivo, que la universidad pública siga junto al puebl .