Nombre: Analhi
Edad: 47
Género: Femenino
Nacionalidad: argentina
Institución de Educación Superior: UDUAL
Cuéntanos tu versión de la cuarentena, ¿cómo la sobrevives?
Todo este tiempo ha sido muy duro. Pero, al mismo tiempo, ha sido sorprendente. Empiezo por la parte dura. Tener consciencia de que este momento es de, sobre todo, incertidumbre, pesa. Una vez vi en la película Indochina (1992) una de las secuencias más difíciles del cine: unas personas estaban atadas de pies y manos a pleno sol, prisioneras, sufriendo. En ese instante pensé que afortunada o desafortunademente los seres humanos nos acostumbramos a todo…Sin embargo, en ese hábito a amoldarse a lo «malo» que se crea existen espacios que logran que rememos, que lo intentemos, que nos esforcemos, pero más que nada que nos unamos. Acá viene la parte de sorprendente. Este tiempo de pandemia lo he sobrevivido gracias a mi familia, a mis amistades, y, con un subrayado especial, a mi grupo de trabajo. De alguna manera, se tornaba algo único vernos, compartir, transcurrir esta vida nueva, esta etapa histórica que nos toca. ¿Acaso no son esos instantes que se recuerdan para siempre? Y lo primero que se recuerda es, precisamente, con quiénes estábamos en aquella época.
Faltan sólo días para que cerremos nuestro Árbol adentro y un día para que permanezcamos de vacaciones en pandemia. Siento que se cierra una brecha, una fisura donde estuve realmente acompañada. Gracias, de verdad, a mis compañeros y compañeras de la Secretaría Académica de la UDUAL por haberme/nos ayudado a sobrevivir esta primera parte de este cambio enorme y vital.
¿Cómo podrían las universidades crear redes de solidaridad y apoyo para sus comunidades y sus sociedades, a partir de esta experiencia y nueva manera de entender las relaciones?
Las universidades deben estar presentes y abiertas, como, de alguna manera, lo han estado. La participación virtual es un gran ensayo de lo que ya está en este presente y lo celebro. Poder asistir a ciertos eventos (cuando se tienen las posibilidades, claro) es de lo más democrático que ha existido en la historia de la educación. Queda, por supuesto, resolver grietas que siempre han estado y que ahora se harán gigantes. De repente, la desigualdad se hizo tan evidente, como también, ojo, lo hizo la solidaridad.