Alex

Seudónimo: Alex

Edad: 40

Género: Masculino

Nacionalidad: Mexicana

Institución de Educación Superior: UNAM

Cuéntanos tu versión de la cuarentena, ¿cómo la sobrevives?

A estas alturas, sabemos que la cuarentena tiene muchas aristas, me ha tocado ver cómo algunos vecinos, amigos y familiares han perdido algo en este tiempo, algunos la movilidad, otros los ingresos, se perdieron vacaciones pagadas e incluso, lo más triste, seres queridos. Las noticias que se escuchan en los medios son poco alentadoras, las redes sociales, plagadas habitualmente de fake news, aportan poco a mantener viva la esperanza de una pronta mejora y, a todo esto, se suma el hecho de que en México no se han tomado precisamente las mejores decisiones, además de que, previo a la pandemia, tampoco gozábamos precisamente de los mejores sistemas de salud, ni teníamos un buen sistema educativo. La situación política, económica, social y de salud, que vive el país, me hacen visualizar a corto y mediano plazo un escenario con poca luz, ojalá me equivoque, pero veo que nuestra nación vivirá uno de los tiempos más difíciles del México moderno.

En contraste a lo anterior, pienso que soy bastante afortunado, en mi trabajo decidieron desde un inicio permitir a todos trabajar desde casa, estoy seguro que fuimos de los primeros en tener esa gran oportunidad, además, las autoridades máximas de la institución donde laboro han enviado de manera constante mensajes de ánimo, donde incluso dejan ver una preocupación genuina por la salud de todos los colaboradores y las colaboradoras, ante momentos de incertidumbre, eso siempre será un gran aliento, así que estoy muy agradecido con todos los que claramente han estado al frente de la institución donde laboro. Pienso que mis compañeros también lo perciben de esa manera, por ello, en el equipo de trabajo donde colaboro hemos incluso aumentado el ritmo de trabajo, hemos sido mucho más productivos, y pienso que todos estamos trabajando con mayor libertad, con un mejor ánimo. Tengo poco de conocer a mis compañeros, pero justo el poder colaborar con ellos en medio de esta crisis mundial ha acelerado la interacción, estoy feliz de haberlos conocido y muy agradecido por el tiempo casi perfecto en el que llegué a este lugar.

 

Quiero compartir que tengo una hija en secundaria, y he visto que esta crisis le ha afectado de manera muy fuerte, en un abrir y cerrar de ojos dejó de ver a sus compañeros de escuela, al igual que yo, únicamente interactúa con ellos a través de una computadora o el celular; y a diferencia de mi trabajo, su colegio distaba mucho de estar preparado para un evento de esta naturaleza, a la escuela le costó mucho adaptarse, eso se tradujo en una carga aún mayor para los alumnos, quienes, pese al gran esfuerzo de profesores y administrativos, tuvieron que lidiar con la búsqueda diaria de códigos de acceso a zoom, con maestros que no soportaron la presión y terminaron desertando semanas antes de concluir el ciclo escolar, y una serie de eventos que que los alumnos, prácticamente solos, tuvieron que ir resolviendo por si mismos. Estando en casa, tuve la gran oportunidad de ver a mi hija trabajar, observé cómo sufrió al principio, luego contemplé con agrado que poco a poco se fue adaptando, y lo hizo tan bien que incluso subió algunas posiciones respecto a sus compañeros de varios años. Observar a mi hija me permite reflexionar en la importancia de la adaptación, no veo que el virus vaya a desaparecer ni que podamos tener vacunas pronto, al menos no de manera masiva, por ello, será indispensable adaptarnos, aceptar el hecho de que nada será igual, y encontrar la manera de seguir adelante.

Extraño varias actividades que en este momento no es posible realizar, pero disfruto mucho estar en casa, estoy seguro que sea cual fuere la nueva normalidad, sabré adaptarme muy bien y continuaré siendo optimista, después de todo, mientras hay vida hay esperanza.

 

¿Cómo podrían las universidades crear redes de solidaridad y apoyo para sus comunidades y sus sociedades, a partir de esta experiencia y nueva manera de entender las relaciones?

Pienso que las universidades deberán adaptarse a la nueva normalidad, por una parte, deben capacitar a los docentes en las nuevas herramientas tecnológicas que les permita alcanzar a los estudiantes; deberían también adaptar los planes de estudio para que contemplen cada vez más un autoaprendizaje, tal como lo hacen ya muchas universidades que desde hace tiempo tenían únicamente clases en línea. También debería haber alianzas fuertes con fabricantes de hardware y software para apoyar a los estudiantes a tener los medios necesarios, así como pactar acuerdos que le permitan a un estudiante tener internet a precios accesibles, al menos para las herramientas necesarias, algunas compañías brindan precios especiales para el uso de redes sociales, algo similar se podría tener para que los estudiantes tuvieran internet ilimitado para el uso de zoom, u otra plataforma educativa. Por supuesto, no son temas fáciles de implementar, pero ojalá esta crisis permita que el sector educativo salga más fortalecido y los alumnos reciban ese beneficio a corto, mediano y largo plazo.